16/1/11

Lejos

Hoy no me siento unida a mi Amo.
No creo que él se sienta unido a mí.
No consigo volver a la estabilidad de nuestra relación.
Creo que no confiamos el uno en el otro y eso nos da problemas.

Quiero que sea feliz, pero no sé conseguirlo sin ponerme restricciones a mí misma.
Necesito verle y que vuelva a estar todo como antes.
Quiero que nos olvidemos de este fin de semana.


Sola en casa sigo pensando en una solución.

12/1/11

Año Nuevo... ¡Amo nuevo?

Pero ¿qué le está pasando a mi Amo?

En el día de Reyes se cumplieron mis deseos. Mi cuerpo se estremeció cuando le oí decir que no iba a haber límites, que iba a ser su esclava. Me puse caliente solo de oír esas palabras de su boca, pero me vinieron a la cabeza algunas preguntas y preocupaciones ¿Superaría mi Amo algunos de los anteriores límites? ¿Sería yo capaz de aguantar o acabaría decepcionándole?

No hay límites.

Por primera vez sentí unos azotes con el cinturón duros que parecía que me iban a atravesar la espalda. Al primero quise huir. ¡Posición! Me quedé quieta y aguanté los siguientes sin respirar. No recuerdo si le di las gracias a mi Amo por aquellos azotes, pero creo que me gustaron.

Me hizo comerle la polla. Hasta el fondo. No era la primera vez, pero lo hizo con más fuerza agarrándome la cabeza. Cuando me la sacó de la boca tosí y me dijo que si lo necesitaba podía vomitar. Creo que quería hacerme vomitar o al menos no le habría importado que pasara. Tengo miedo de que llegue ese momento, me sentiría muy violenta, pasaría vergüenza además del malestar.

Tocan agujas. Coge una jeringuilla. Yo de rodillas con las manos a la espalda espero el pinchazo en el pecho. Toma impulso. ¡No puedo! Siento pánico con los primeros pinchazos. No quiero verlo, pero lo tengo delante. Se me saltan las lágrimas. No voy a poder, y se lo pedí yo. Quiero hacerlo, pero no consigo controlarme, me muevo en cuanto veo que se me acerca la aguja. Dice que me tranquilice y al final lo consigo. Pinchazo. No era para tanto, aunque las lágrimas no paran de correr por mi cara.

-Ahora lo vas a hacer tú.

Sabe que eso es imposible, ya lo intenté delante de él una vez y lo intenté a solas para practicar. La mano se me para antes de llegar a la piel, es un acto reflejo y eso no lo puedo controlar. Me coge la mano que lleva la jeringuilla. Lo haremos juntos. Casi no podía respirar del nerviosismo. Varios intentos y... pinchazo. No me lo puedo creer. No puedo describir lo que sentí.

Un poco mareada me lleva a la cama y sigue con las agujas. Ya estoy más tranquila y las aguanto mejor.

-Hazlo tú.

¿Otra vez? Lo hago lento. Cojo la aguja y la pongo sobre mi culo. El mira en silencio. Luché contra mí misma con todas mis fuerzas y solo conseguí atravesar la primera capa de piel. Noté cómo la rompía la aguja y tocaba la siguiente, más sensible y más dura.

-¡Hazlo! ¡Ahora!

Aprieto conscientemente y noto como mientras la aguja empieza a atravesar la segunda capa de piel una fuerza inconsciente empuja hacia arriba para sacarla. Grito y no tanto de dolor sino por la batalla mental que tengo que superar para obedecer a mi Amo. Y se rompe la segunda capa y el resto del camino es blando.
Vi que a mi Amo le gustaba ver eso. Me quitó la aguja y me preguntó si podría hacerlo otra vez.

-Sí.

Me encuentro con que la aguja vuelve a mis manos y tengo que repetir todo el proceso de nuevo, esta vez con más facilidad.

Como siempre me dijo que no comprara agujas, que no las necesitaba. Sé que le gustan, y de vez en cuando me apetece usarlas, me gusta tener alguna es casa, por si acaso.

Acabó el día y pensé que volvía a ser su sumisa, no su esclava, que volvía a tener mis límites, que sólo había sido una prueba.

Hoy he vuelto a ser esclava sin límites.

No sabía si esta situación le iba a gustar a mi Amo. No sé si él ha cambiado o es nuestra relación, tal vez tengamos más confianza (yo la siento, pero no puedo evitar pensar en ello) Desde Navidades he notado un cambio en mi Amo, un cambio en mí y un cambio en nuestra relación. ¿A dónde nos lleva esto?

Ahora necesito que alguien me explique qué significa "no tener límites". ¿Cómo debo comportarme desde ahora? ¿Esperará mi Amo algo de mí en lo que aun no he pensado?

5/1/11

Fe de erratas

Las Navidades fueron duras, pensando en mi Amo, imaginando el reencuentro.

El reencuentro no fue lo esperado. Necesitaba ser sometida y no se consiguió, hubo algunos líos con terceros que hicieron que me sintiera abandonada.

Al siguiente día esperaba de nuevo a mi Amo y no pudo venir.

Todo esto unido a mi pesimismo y falta de confianza ha hecho que meta la pata de nuevo hasta el fondo y vea temblequear la estabilidad que creía que tenía esta relación.

Quería una conversación con mi Amo, sin prisas, sin terceros por medio, solo nosotros, lo que había pasado, cómo nos habíamos sentido y cuál era el problema y la posible solución. Por fin la he tenido.

Ahora veo que tenemos distintas visiones de nuestra relación. Y me gusta más la suya, pero me cuesta ponerme en su lugar. Creo que sigo arrastrando las ideas de mi anterior Amo, acabaron siendo mías también. Además soy demasiado desconfiada. No estoy acostumbrada a que mi Amo se preocupe de verdad por mí y que lo pase mal cuando yo estoy triste. Se lo he oído decir, pero creo que aun no lo he asimilado.

Cuando me dijo que esa tarde vendría otra chica no me pareció mal, es decir, me pareció perfecto, solo me preocupó el no saber de dónde salía esa chica, pero en ese sentido sí que confié en él. Pero luego, cuando yo estaba sola y él no me llamaba para que pasara a la habitación, empecé a desconfiar. Era el día del reencuentro, se trae otra chica, una chica en la que tampoco está realmente interesado, no la comparte, no sé qué pasa, ¿por qué se la ha traído a mi casa? ¿por qué justo hoy? ¿es que no le hacía ilusión volver a verme?

No fueron celos, no soy nada celosa, me gusta la variedad y que los que me rodean disfruten de ella también. No estaba enfadada con mi Amo, tengo asumido que él decide qué se hace y qué no. Tampoco me parecía mal que estando yo en casa él disfrutara de otra chica y yo esperara. Lo que me dolió fue el haber puesto tantas esperanzas en un día que al final fue como otro cualquiera.

No quise darle importancia. No quería decirle nada a él, no quería que se me notara que lo había pasado mal. Pensé que al siguiente día ya habría más tiempo. Pero él me lo notó y por eso no hubo buena conexión el resto del día. Ahora me duele que fuera mi culpa que él tampoco quedara satisfecho en ese día de reencuentro. Y lo peor, que haya supuesto un problema para él los días siguientes (hasta esta última conversación)

No quiero hacer nada que le moleste, quiero que sea feliz, me siento bien cuando está feliz. Tengo que aprender a controlar esos sentimientos tal vez demasiado infantiles que aun se me escapan aunque quiera ocultarlos. No sé cómo hacerlo, siempre he pensado que esto es cuestión de tiempo y a base de repetición de situaciones fastidiosas. Creo que también debería aprender a expresarme de otra forma, el anterior post lo escribí para que él supiera cómo me había sentido, pero resulta que él lo vio como un reproche (de nuevo se me escaparon esos sentimientos infantiles)

Voy a hacer un esfuerzo por confiar en él, por ver la relación como él la ve y por no darle importancia a hechos que realmente no la tienen.

-Gracias, Amo, por la conversación, por escucharme, aguantar mis lloros e intentar entender esta cabecita loca de cría-

4/1/11

¿Estás enfadado conmigo por lo de ayer?

Días extraños estos últimos. No lo voy a negar, he llorado por lo que ha pasado.

¿Estás enfadado conmigo por lo de ayer? Sé que no estaba concentrada. ¿Pero cómo iba a estarlo después de esperar dos horas en el salón, sola, mientras tú estabas con esa chica que ni conocíamos en mi habitación, con mis juguetes, agotando el tiempo que tanto deseaba pasar contigo?

En ese tiempo estuve pensando cómo debía sentirme. Al principio estaba interesada por lo que podía pasar. Tal vez me llamaras para participar. Tal vez salierais para hacer una sesión en el salón con los demás instrumentos que había colocado encima de la mesa, como me habías ordenado. No conseguía oir todo lo que pasaba. No, le oía a la chica, y me preocupaba, porque a lo mejor te enfadabas o te decepcionabas. "Es que eso no me gusta", ¿y para qué acepta una sesión con un Amo si no es sumisa? Cada vez veía más dificil que me llamaras.

Y entonces te asomas. "Vete al otro cuarto, que quiere ir al baño" ¿Qué? ¿Ni siquiera se atreve a pasar desnuda por delante de mi? Cada vez lo veo todo más negro y me preguntas que si quiero pasar a la habitación. No, claro que no quiero, llevo una hora aburrida y semicabreada fumando en el salón sin hacer nada, lo que menos me apetece es meterme en un cuarto con una niña que se va a negar a todo en redondo.

Ahí estaba la niña que no hacía nada por tí, aprovechada y maleducada, pero tú no hacías nada para que se fuera, para pasar el tiempo conmigo. Dos semanas sin vernos y metes en mi casa una desconocida impertinente.

¿Cómo me tengo que sentir? No me gustó. Ya te lo dije. No me gustó y no me pareció bien lo que pasó ni cómo lo llevaste.

Desde ahora digo, y espero que aceptes, que en mi casa no entra nadie.

Intentaste arreglarlo. Te quedaste más tiempo del que tenías pensado. Pero no fue bien. "No hubo conexión", como tú dijiste. Yo necesitaba más tiempo y creo que tú lo sabías. Te pedí muchas cosas en esa "Carta para los Reyes Magos" que me hiciste postear aquí. No obtuve ninguna. No te lo reprocho, por supuesto que no. Pero no me quedé satisfecha. Quería recordar los azotes y volver a disfrutarlos, no pude. Quería superar límites también con agujas, las nombraste al principio de la tarde, luego se olvidó. Quería pasar tiempo contigo, guardé toda la tarde para tí, y me la robó una desconocida.

Pero hoy, otro día, te noto diferente. Yo no estoy enfadada. No te reprocho nada. Fue un día que no nos gustó, ya está, se pasó. Pero te noto distante. Esperarías más de mí después de todo eso. Yo no estuve a la altura. Tal vez creíste que me había enfadado contigo.

¿Estás enfadado conmigo por lo de ayer?

1/1/11

Recuerdo una noche

Después de mi última experiencia con la electricidad pasé la noche con mi Amo. Pienso en esto ahora, porque hace ya mucho que no dormimos juntos y empiezo a olvidar cómo es pasar una noche junto a él.

Me empiezo a olvidar del momento triste del "buenas noches", que solo consigo alargar acariciándole el pelo y viendo cómo poco a poco su respiración se va ralentizando. Su tranquilidad nocturna me acuna hasta que no puedo sostenerme y me tumbo junto a él.

Me empiezo a olvidar de su brazo recogiendo todo mi cuerpo y apretándome contra él, ese peso dulce que tantas noches he disfrutado. Y su calor que me calienta hasta que caigo en un profundo sueño del que él mismo me saca pocas horas después.

Y me mueve y noto cómo me abre las piernas. Pero yo sigo soñando y los sueños se me mezclan con realidades, hasta que noto su cuerpo sobre mí y despierto en un mar de placer.

Pero esa noche no fue así. Desperté con las piernas abiertas y no confié en que mi Amo me daría placer. Le pregunté si llevaba condón, le pedí que me dejara tocarlo, le dije que tenía que comprobarlo. ¿Es que acaso no confío en él? ¿Por qué despierto así en vez de sumisa y complaciente?

Se me vinieron a la cabeza otras situaciones pasadas, tal vez sin importancia para él, pero mi cabeza funciona así. La primera o segunda vez que nos vimos, él quería asegurarse de que yo nunca dejaría que nadie me follara sin condón y jugó conmigo para ponerme a prueba, yo caí la primera vez, pero aprendí la lección. Y otra noche, los dos muy cansados, y sin pensar él quiso usarme, le recordé el condón y fue a cogerlo.

¿Por qué esta ocasión no iba a ser una prueba? ¿Cómo puedo saber cuándo confiar y cuando no?

También me empiezo a olvidar de sus azotes. Cuando esa noche ya acababa, despiertos los dos, empezó a azotarme con un cinturón. Y yo le pedía más y más. No recuerdo otra vez con él en la que me azotara durante tanto tiempo. Yo disfruté mucho, aunque en algún momento me desconcentrara, pero ¿y él? Sé que le gusta azotarme, pero también le gusta darme bofetadas y también recuerdo un día en el que se las pedí más fuertes (y él me las dio) que luego me dijo que así no le gustaban. ¿Puede ser que esos azotes tampoco le gustaran?

Él me insiste en que haya comunicación, que le diga cuándo me gustan los azotes y cuándo no. Pero ¿cómo hace una sumisa para pedirle lo mismo a su Amo?

Contradicción de las órdenes

Muchas veces me he visto en una situación en la que una orden de mi Amo contradecía otra. Esta es posiblemente una de esas situaciones.

Me prohibió hablar con otros Amos, ya fuera por chat, cara a cara (con mi anterior Amo) e incluso aquí en el blog, solo contestar escuetamente y adiós. Pero ahora también me ha dado la responsabilidad de buscar gente con la que compartir experiencias.

Buscando por chats tarde o temprano me iba a encontrar a algún Amo. Si es un Amo que solo busca robar sumisas, adiós, eso lo tengo fácil. Pero ¿qué pasa cuando es un Amo que quiere compartir a su sumisa con el mío?

¡Lo admito, he hablado con Amos! Amos que se interesaban cuando les decía que era sumisa e iba buscando una chica para mi Amo, Amos que me intentaban liar y les tenía que dar esquinazo cambiándome y recambiándome el nick y Amos que querían ofrecer a su sumisa a cambio de poder jugar conmigo.

El entrar tantas veces al mismo chat hace que empieces a reconocer a la gente solo por su nick, y parece que ellos también reconocen los míos. El otro día uno de estos Amos habló conmigo:

-Buscas sumisa, ¿eh? Yo también, hoy es buen día, ¡hay muchas!

Me sentí como en un mercado de esclavas, comentando cuántas había, como quien pasea por la plaza del pueblo hablando de los turistas.

Espero que esto no le parezca mal a mi Amo y que ya hubiera pensado que podía pasar encomendándome este reto y esta responsabilidad.

Atropello de la Navidad en 10 frases

1.- El tiempo pasa más despacio cuando estoy fuera de Madrid.

2.- No quiero volver a coger un libro para estudiar en mi vida.

3.- La familia cuanto más alejada, mejor.

4.- Imposible pasar tanto tiempo sin sexo.

5.- Mi culo ha tomado unas dimensiones algo complicadas a la hora de meterlo en unos pantalones.

6.- Voy a pasarme dos semanas a zumitos, se acabó el zampar.

7.- Echo demasiado de menos a mi Amo.

8.- De repente tengo más de una vida (sumisa, chica con pareja, hija, amiga crecidita del cole pero igualmente buena...) A veces dudo de quién soy depende con quién hable.

9.- Confirmado, las uvas siguen sin gustarme.

10.- Menos mal que queda todo un año para que se repita esta situación...

Formas de ligar por el chat

En mi búsqueda de una chica para mi Amo me he encontrado con gente diversa y sus diferentes formas de relacionarse conmigo.

Ojalá mi Amo buscase sumisos, porque hablando con uno en menos de media hora ya lo teníamos todo claro y solo queda el consentimiento de mi Amo para que yo pueda someterle. Sí, es algo a lo que le tengo ganas, someter a un sumiso. Sé que este en concreto no le va a gustar a mi Amo, no es de su estilo, pero tiene ganas, experiencia, es bisexual y a mi me gusta. Para jugar con él un ratito creo que podría ser interesante. Y con la de chicos que se han querido apuntar al esperado trío y que se enfurruñaban cuando les decía que buscaba chica, cada vez me apetece más coger a uno de ellos y hacerle una rica lluvia dorada.

También fue muy fácil hablar con una chica un poquito entrada en kilos. Me puso la cam a la primera, fue sincera y abierta al decirme que no tenía experiencia, pero que ganas no le faltaban y no se metió en mi vida privada. Una conversación un poco más larga que con el sumiso, dado que sé que mi Amo es exigente con el físico de las chicas, y tenía que asegurarme de qué se podía llegar a hacer con ella. A mi me gustó y tengo un par de fotos, que aunque chiquititas y robadas podrá ver mi Amo y decidir qué hacer.

Todo cambia cuando hablas con chicas demasiado jóvenes, vainilla y heterosexuales. Quieren pero a la vez ponen tantas pegas que apetece mandarlas a la mierda. Y no sabes si ir de experimentada o de igualmente insegura para que cojan más confianza. Acabas teniendo conversaciones sin sentido, en las que yo al menos, me pregunto si en algún momento he tenido esas ideas por la cabeza:

-Bueno, no me gustan las chicas, pero me da morbo lo del trío. ¿A vosotros qué os gusta?
-Mira, a mí a veces, me gusta que me den azotes, bofetadas, ¿sabes? Así, que me usen, en plan sexo duro.
-Uy, sisi. Bueno, si son flojitos, sin hacer daño. ¡Sí, a veces me gusta que me den caña!

Con esa poco se podrá hacer, mucho problema con las chicas, obsesionada con las medidas de mi Amo y no admite ni un cachetito.

Y con las parejas se mezcla todo. Hablas con el chico y te pide que le cuentes posibles situaciones que le den morbo. Hablas con la chica y te pone los límites con preocupación y te pregunta por las medidas de mi Amo.

¡Qué obsesión con saber cuánto le mide a mi Amo! No recuerdo haber preguntado yo eso nunca a nadie. Y más de una ya me pide datos exáctos... Voy a tener que ir con el metro a sacarle las medidas, porque tal vez he dado una imagen demasiado grandiosa de mi Amo.

Echo de menos los azotes

Recuerdo los azotes de la última vez. Ya entrada la noche, él echado en el sofá y yo de rodillas en el suelo. Se enfadó porque no le daba las gracias, le gusta que haya comunicación. Paró. Dijo que si no le decía si me estaban gustando no seguiría, que le parecía igual de mal que aquella vez que me corrí sin avisarle.

No recordé darle las gracias por esos azotes, porque los sentí diferentes. Normalmente pienso en la vara, el ruido que hace cortando el aire, la fuerza con la que mi Amo hará que choque contra mis nalgas... Pero esa vez pensé solo en el dolor, en cómo lo sentía yo sin pensar en el instrumento. Y ese dolor se transformó y dejó de ser dolor. Estaba tan confusa por el nuevo sentimiento que olvidé hablar con mi Amo.

Pudo ser, esta nueva sensación, porque pocos días antes había recibido muchos azotes y tal vez mi piel estaba acostumbrada. Recuerdo que mi Amo dijo que estaba impaciente por verme otra vez sin marcas.

Esto me hizo pensar en mi anterior Amo. Al contrario que a mi Amo, a él le ponía verme marcada y por eso siempre que me veía me azotaba hasta dejarme marcas que podían durar una semana. Tal vez por él yo también le cogí gusto a verme el culo amoratado.

Sé que a mi Amo le fastidia, pero cuando me deja marcas poderosas, me las miro y siempre digo que no son para tanto. No me sorprendo al vérmelas por estar acostumbrada a las de mi anterior Amo, pero a veces me deja el culo para enmarcar.