17/3/11

Volvió el pasado

Estaba en la ducha lavándome para que mi Amo me encontrara bien limpia y fresca cuando se me ocurrió que aun iba a tardar un rato en llegar y que yo estaba demasiado caliente como para esperar más. No vi inconveniente en juguetear un poquito con el plug inflable. El problema está en que mientras yo me aliviaba mi Amo me llamaba unas tres veces al teléfono y se desesperaba en el coche sin saber si iba a estar en casa o no...

Me sentí muy mal cuando me contó eso y él se debió sentir peor cuando le confesé lo que había estado haciendo yo en vez de esperarle. Me habló de forma dura, hizo que me sintiera todavía más culpable y me asustó comentando que tal vez me tendría que poner un cinturón de castidad.

Me hizo traer la vara y una cuerda al salón. En cuanto vi cómo comprobaba la resistencia de la estantería recordé los castigos de mi anterior Amo. Me dijo que me apoyara en el sofá y empezó a atarme el cuello y las muñecas a la estantería. A cada nudo recordaba los azotes que recibí de mi anterior Amo en ese mismo lugar. Temblaba y notaba cómo se me empezaban a saltar las lágrimas. Los castigos de mi anterior Amo eran muy duros, lo pasaba muy mal y siempre acababa llorando porque eso era lo que mi Amo de entonces buscaba. Pero ya desde hace meses no me veía en esa situación y me asusté pensando que no iba a ser capaz de aguantarlo de nuevo después de tanto tiempo.

Él se dio cuenta de que me pasaba algo y me preguntó, le dije que estaba nerviosa porque iba a castigarme por lo que había pasado. Pero me dijo que no estaba enfadado, no quería castigarme. Mi cuerpo se fue relajando y aunque el mal trago no se me pasó, mi cabeza se despejó. Mi Amo solo quería azotarme. De repente no me importó si iban a ser unos azotes muy duros o si iban a ser muchos, mi espalda se arqueó sin darme cuenta y mi culo quedó en manos de mi Amo y la vara.

Los azotes empezaron muy flojos, no me dolían, pero las lágrimas no paraban por los nervios. Le agradezco que tuviera cuidado, de otra manera lo habría pasado realmente mal. La fuerza de los golpes fue aumentando hasta que quedaron en mis nalgas unas preciosas marcas de las que estar orgullosa, por haber superado la situación, por volver a confiar en mi Amo después de un momento de flaqueza y, simplemente, por ser Sus marcas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario