1/1/11

Echo de menos los azotes

Recuerdo los azotes de la última vez. Ya entrada la noche, él echado en el sofá y yo de rodillas en el suelo. Se enfadó porque no le daba las gracias, le gusta que haya comunicación. Paró. Dijo que si no le decía si me estaban gustando no seguiría, que le parecía igual de mal que aquella vez que me corrí sin avisarle.

No recordé darle las gracias por esos azotes, porque los sentí diferentes. Normalmente pienso en la vara, el ruido que hace cortando el aire, la fuerza con la que mi Amo hará que choque contra mis nalgas... Pero esa vez pensé solo en el dolor, en cómo lo sentía yo sin pensar en el instrumento. Y ese dolor se transformó y dejó de ser dolor. Estaba tan confusa por el nuevo sentimiento que olvidé hablar con mi Amo.

Pudo ser, esta nueva sensación, porque pocos días antes había recibido muchos azotes y tal vez mi piel estaba acostumbrada. Recuerdo que mi Amo dijo que estaba impaciente por verme otra vez sin marcas.

Esto me hizo pensar en mi anterior Amo. Al contrario que a mi Amo, a él le ponía verme marcada y por eso siempre que me veía me azotaba hasta dejarme marcas que podían durar una semana. Tal vez por él yo también le cogí gusto a verme el culo amoratado.

Sé que a mi Amo le fastidia, pero cuando me deja marcas poderosas, me las miro y siempre digo que no son para tanto. No me sorprendo al vérmelas por estar acostumbrada a las de mi anterior Amo, pero a veces me deja el culo para enmarcar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario