12/1/11

Año Nuevo... ¡Amo nuevo?

Pero ¿qué le está pasando a mi Amo?

En el día de Reyes se cumplieron mis deseos. Mi cuerpo se estremeció cuando le oí decir que no iba a haber límites, que iba a ser su esclava. Me puse caliente solo de oír esas palabras de su boca, pero me vinieron a la cabeza algunas preguntas y preocupaciones ¿Superaría mi Amo algunos de los anteriores límites? ¿Sería yo capaz de aguantar o acabaría decepcionándole?

No hay límites.

Por primera vez sentí unos azotes con el cinturón duros que parecía que me iban a atravesar la espalda. Al primero quise huir. ¡Posición! Me quedé quieta y aguanté los siguientes sin respirar. No recuerdo si le di las gracias a mi Amo por aquellos azotes, pero creo que me gustaron.

Me hizo comerle la polla. Hasta el fondo. No era la primera vez, pero lo hizo con más fuerza agarrándome la cabeza. Cuando me la sacó de la boca tosí y me dijo que si lo necesitaba podía vomitar. Creo que quería hacerme vomitar o al menos no le habría importado que pasara. Tengo miedo de que llegue ese momento, me sentiría muy violenta, pasaría vergüenza además del malestar.

Tocan agujas. Coge una jeringuilla. Yo de rodillas con las manos a la espalda espero el pinchazo en el pecho. Toma impulso. ¡No puedo! Siento pánico con los primeros pinchazos. No quiero verlo, pero lo tengo delante. Se me saltan las lágrimas. No voy a poder, y se lo pedí yo. Quiero hacerlo, pero no consigo controlarme, me muevo en cuanto veo que se me acerca la aguja. Dice que me tranquilice y al final lo consigo. Pinchazo. No era para tanto, aunque las lágrimas no paran de correr por mi cara.

-Ahora lo vas a hacer tú.

Sabe que eso es imposible, ya lo intenté delante de él una vez y lo intenté a solas para practicar. La mano se me para antes de llegar a la piel, es un acto reflejo y eso no lo puedo controlar. Me coge la mano que lleva la jeringuilla. Lo haremos juntos. Casi no podía respirar del nerviosismo. Varios intentos y... pinchazo. No me lo puedo creer. No puedo describir lo que sentí.

Un poco mareada me lleva a la cama y sigue con las agujas. Ya estoy más tranquila y las aguanto mejor.

-Hazlo tú.

¿Otra vez? Lo hago lento. Cojo la aguja y la pongo sobre mi culo. El mira en silencio. Luché contra mí misma con todas mis fuerzas y solo conseguí atravesar la primera capa de piel. Noté cómo la rompía la aguja y tocaba la siguiente, más sensible y más dura.

-¡Hazlo! ¡Ahora!

Aprieto conscientemente y noto como mientras la aguja empieza a atravesar la segunda capa de piel una fuerza inconsciente empuja hacia arriba para sacarla. Grito y no tanto de dolor sino por la batalla mental que tengo que superar para obedecer a mi Amo. Y se rompe la segunda capa y el resto del camino es blando.
Vi que a mi Amo le gustaba ver eso. Me quitó la aguja y me preguntó si podría hacerlo otra vez.

-Sí.

Me encuentro con que la aguja vuelve a mis manos y tengo que repetir todo el proceso de nuevo, esta vez con más facilidad.

Como siempre me dijo que no comprara agujas, que no las necesitaba. Sé que le gustan, y de vez en cuando me apetece usarlas, me gusta tener alguna es casa, por si acaso.

Acabó el día y pensé que volvía a ser su sumisa, no su esclava, que volvía a tener mis límites, que sólo había sido una prueba.

Hoy he vuelto a ser esclava sin límites.

No sabía si esta situación le iba a gustar a mi Amo. No sé si él ha cambiado o es nuestra relación, tal vez tengamos más confianza (yo la siento, pero no puedo evitar pensar en ello) Desde Navidades he notado un cambio en mi Amo, un cambio en mí y un cambio en nuestra relación. ¿A dónde nos lleva esto?

Ahora necesito que alguien me explique qué significa "no tener límites". ¿Cómo debo comportarme desde ahora? ¿Esperará mi Amo algo de mí en lo que aun no he pensado?

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