24/2/11

Sesión improvisada

No estaba planificado. No nos ibamos a ver ese día. Me llamó por teléfono y le dije que llevaba unos días de bajón, como siempre me preguntó qué necesitaba. ¿Qué necesito? "Follar". No suelo ser tan directa cuando me pregunta eso, pero parece que esta vez lo necesitaba más de lo que creía.

Media hora después mi Amo estaba en mi casa. Me pilló llevando únicamente una camiseta, hacía calor, me gusta estar cómoda por casa... pero a él no le gustó. Me dio la vuelta y me dio un azote con la mano bien fuerte "no quiero que vuelvas a recibirme así", me sentí mal, nunca me había dicho que eso no le gustara, pero debería haberlo supuesto. "Y tampoco así" y recibí unos azotes en el coño. Me quedó claro. Nunca más lo recibiré medio desnuda.

Le preparé la cena y me arodillé ante él para chupársela mientras comía. Y entonces pasó algo que supongo que a muchos les parecería una tontería, pero por cómo me sentía en ese momento, se me quedó grabado. Me hizo poner la lengua sobre la mesa y me clavó un poco el tenedor. Apretó más el tenedor contra mi lengua. Nos mirábamos a los ojos y mientras yo aguantaba el dolor creí ver que él aguantaba el placer. Me gustó creer poder sentir las dos cosas a la vez, mi dolor y su placer.

Fuimos al salón y vio que había comprado una vela. Me lo pidió hace un par de días, yo se lo había pedido hace ya tiempo. Nunca había probado la cera y además de tener bastante miedo, no tenía ni idea de qué tipo de vela era la que quería mi Amo. Se burló porque compré una muy grande. Era ancha y larga, metida en un cilindro de plástico. Busqué una de ese tipo porque pensé que si la cera se guardaba en el cilindro se enfriaría un poco antes de que cayera sobre mí...

La sacó del vasito de plástico y la encendió, el truco de enfriar la cera en el cilindro se esfumó de mi mente. Primero la probó en mi brazo. Las gotitas de cera cayeron en mi piel y me retorcí y grité. Pensé que me haría herida, estaba muy caliente. Pero cuando se secó la cera y mi Amo la quitó, no había marca.

Me puso a cuatro patas en el suelo. Estaba temblando. Aunque él me dijera que no iba a hacer nada que me dejara marca, no conseguía fiarme. No era como con la vara o el cinturón, la cera no se puede controlar de esa manera y pensaba que aunque su intención fuera no dejar marca, podía haber algún problema. Tengo la piel muy pálida y sensible, tal vez él jugaba con su experiencia con otras sumisas que no tuvieran el mismo tipo de piel. Las gotas de cera empezaron a caer sobre mi culo y mi espalda. Un líquido ardiente y suave a la vez que poco a poco se endurecía. Era una sensación muy extraña. Dolía, sentía que me quemaba y no podía ver cómo estaba quedando mi piel. Me retorcí y grité hasta que se me empezaron a saltar las lágrimas.

Él dijo que le estaba decepcionando. Yo le había pedido la cera y ahora no la estaba disfrutando. Dijo que me iba a cubrir el culo de cera, que abriera bien las piernas y lo pusiera en pompa. Estaba aterrada, esa zona es todavía más sensible, pero intenté quedarme quieta. Noté como un chorro de cera corría por mi culo y llegaba a mi coño. Me sentí humillada.

Todo se ralentizó, me dio un abrazo y me llevó al baño para limpiarme, vi en el espejo cómo había quedado mi culo cubierto por una capa blanca ya dura de cera. Me sentía flotar. Aun no sabía si me había gustado lo que había pasado cuando vi que traía la vela. De rodillas e inclinada hacia atrás esperaba que la cera cayera sobre mis pechos. Me gustó verlo. Sentía miedo cuando veía la cera volando hacia mi piel, luego sentía el calor y la suavidad de las gotas resbalando sobre mí y veía cómo se endurecían y me relajaba.

Cuando acabó todo me dijo que había gritado mucho, de nuevo se burlaba de mí y otra vez me sentí humillada. No creo que me quejara sin sentido, siendo una sensación tan diferente y nueva, creo que es normal que le tenga miedo.

Como todo lo nuevo que pruebo, aun me falta sentirlo más veces para saber si me gusta. Tengo que perderle el miedo, dejar de pensar en que pueden salirme ampollas o dejarme rojeces. Así podré disfrutar de las sensaciones que la cera provoca.

Fuimos a la cama. Me dijo que cogiera el lubricante y los condones. Después de tanto tiempo el médico me había dicho que ya no tenía ninguna fisura y que podía volver al sexo anal sin problemas. Tenía ganas, pero me daba miedo y por ese miedo tenía todavía más miedo a fallar, a que se me hiciera otra herida o que me doliera demasiado y mi Amo no pudiera disfrutar de mi culo.

"¿Sabes lo que va a pasar?" De nuevo humillación. Todo esto ya lo había hablado con él y los dos sabíamos qué iba a pasar... Le contesté que sí, que iba a usar mi culo. Y a ello nos pusimos. A cuatro patas mirando al espejo encima de la cama. Un poco de lubricante y con el primer empujón ya me dolía. ¡No entiendo qué le pasa a mi culo! Me dolió muchísimo, aunque una vez dentro entera sí que sentí algo de placer.

Cuando acabó me abracé a él y me dijo que se había sentido como un cabrón porque había visto que realmente me dolía mucho y aun así no había parado. No entendí por qué me decía eso. No me pareció mal lo que pasó. Solo usó mi culo y siendo mi Amo tiene derecho a hacerlo aunque me duela. Además me preguntó muchas veces si no quería que lo hiciera y yo le contesté que hiciera lo que él quisiera. Espero que el sentirse como un cabrón no signifique sentirse mal.

Después cogió el plug inflable y me dijo que me lo iba a meter por el culo. Reaccioné diciéndole que no. Un no sonoro y rotundo del que me arrepentí al momento y corregí poniendome en posición para que me lo metiera. Pero no lo hizo.

Me puso boca arriba, me agarró dos pinzas a los pezones enganchadas por una cuerda y me metió el plug por el coño. Empezó a hincharlo y a estirar de las pinzas. Me encanta que me haga eso, pero una vez me he corrido siempre me pregunta si quiero más y no sé contestarle más que "lo que tú quieras"... Me recordó que le gusta que le diga lo que quiero y lo intenté, pero no me sentí cómoda. Me volví a sentir humillada mientras le respondía a sus preguntas.

Pocas veces me siento humillada ante él, no sé por qué ese día hubo tantas situaciones en las que me sintiera así. No sé si las provocó él o es que yo me encontraba de alguna manera diferente que me provocara esas sensaciones. De cualquier manera, me gusta sentirme así si es con él.

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