29/12/10

Qué mala es la distancia

Muchas sumisas dirán que el peor castigo que un Amo puede imponerte es el no poder hablar con él. Es verdad. Solo una vez he pasado por eso con mi Amo, durante una sesión en la que no estuve a la altura y le dije que parara. Él se marchó de casa. Y yo me quedé llorando sin saber qué decir ni qué hacer, abandonada, en mi casa. Por mi mente pasó decirle que no hacía falta que volviera nunca más, pero en realidad estaba enfadada conmigo misma, por haberle pedido algo que luego no acepté. Menos mal que volvió.

Estando sola, cuando algo me va mal, lo primero que pienso es en llamarle, en pedirle consejo o simplemente en vernos y dejar de darle vueltas al asunto. ¿Significa eso que soy dependiente? No suelo llamarle, pero ha habido veces que haciéndolo me he encontrado con que él estaba en otras cosas y no tenía tiempo ni de hablar, por supuesto lo acepto y le digo que no tiene importancia, pero a la hora de colgar me derrumbo y me siento más sola que antes de llamar.

Y ahora estoy sola. Estamos en diferentes ciudades, cada cual con su familia. Nos vimos hace tres días, pero siento el 26 muy lejano. Y hoy me ha llamado.

Una llamada corta, en la que yo no sabía ni qué decir, con la de cosas que se me vienen a la cabeza ahora. Un "¿estás bien?", claro, ahora sí que estoy bien, que te oigo. Un "¿qué tal va el reto?", bienbien, ¡un desastre! pero ¿cómo te lo voy a decir por teléfono si no me sale hilar las palabras? Y un horrible "Tal vez nos veamos el 3 o el 4" Me cambié la vuelta de mi billete para llegar el 2, como él me dijo. Me dijo que hasta podría ser que me recogiera en la estación. Ahora voy a llegar a mi casa a pasar uno o dos días también sola.

Será la distancia, el no poder estar en contacto con él, será la falta de sexo... Una semana, que no es mucho, pero una semana llevo de monjita. Me tiene mal acostumbrada. Y ahora con el reto -tráeme una chica- ¡estoy a la que salto! Fotos (tanto de chicas como de chicos), conversaciones imaginativas y subidas de tono... y mi cabeza elucubrando sorpresas y fantasías, que posiblemente nunca se realicen, y tal vez dentro de una semana, ni me apetezcan (una vez de nuevo saciada)

Tengo ganas de chicos, como ese de un chat, que a mi Amo no le hizo mucha gracia, pero al final cedió siempre y cuando no me quitara tiempo para él; o como ese otro, del que mi Amo aun no sabe nada, uno de mi ciudad, que me recuerda demasiado a un pasado romance y al que estoy dando largas contra mi voluntad, por si acaso mi Amo me prohibe ver al anterior.

Y también tengo ganas de chicas. Con demasiadas estoy hablando para cumplir el dichoso reto. ¡Qué fotos! No importa que sean de internet o de sus primas y que detrás solo haya un pajillero con ganas de hacer perder el tiempo... madre,¡qué fotos!
Aunque estas últimas ganas se están disipando gracias a una posible chica para mi Amo, que me está dando muchos quebraderos de cabeza. -Niña sin experiencia e impertinente, si estás asqueada con los chicos que tan mal te han tratado en tu vida, ¡olvídame!, yo llevo un chico y no voy a quedar a solas contigo hasta que te laves la boquita con jabón- Espero que allá donde esté, haya oído estas palabras, y las que le he dejado por mail.

Pero también tengo ganas de mi Amo. Recuerdo (y sueño de vez en cuando) el momento de su última lluvia dorada en la ducha. Temblando de sumisión, lo vi con otros ojos. Tal vez él no se dio cuenta, pero para mí ese momento me cambió algo dentro de mi cabecita alborotada. Y aunque fui incapaz de evitar volver a pensar en mi anterior Amo, este momento fue diferente a cuanto viví con él.

Echo de menos a mi Amo y deseo verle. Pero, ¿qué pasará cuando nos volvamos a encontrar? Esas sesiones de reencuentro suelen ser extrañas. Los dos nerviosos, volver a recordar la vara, volver a sentirme sumisa ante él. Estos días he recordado la sesión que tuvimos la suerte de ver -y en la que pudimos participar un poco- con un Amo y su esclava. Y me pregunto si mi Amo habrá pensado alguna vez en mi como una esclava. Aunque solo haya sido como una fantasía, ¿le gustaría que fuera su esclava?

Será la distancia, el no poder estar en contacto con él, será la falta de sexo... pero ahora mismo a mí me gustaría ser su esclava.

3 comentarios:

  1. Interesante lo que escribes. ¿Cuál es la diferencia entre sumisa y esclava?
    Ramon

    ResponderEliminar
  2. No te sé decir una definición concreta de ninguna de las dos. Tampoco creo que haya una que todos en el mundo del bdsm aceptemos.

    Solo puedo hablar desde mi punto de vista. Para mí se diferencian en el grado de entrega y sumisión al Amo. Siendo sumisa, pongo unos límites que mi Amo acepta y con el tiempo pueden superarse si los dos así lo quieren. Además, como sumisa, tengo mis libertades; ya sea tiempo para mí, libertad en el plano sexual o simplemente en la relación con mi Amo al hablar y poder discutir los límites y prácticas que realizamos (así como la palabra de seguridad para detener una sesión)

    El ser esclava lo veo como uno o dos peldaños más arriba de ser sumisa. Ya no hay límites, le entregas a tu Amo la decisión de hasta dónde llegar, pero no solo en la práctica, sino que deseas únicamente lo que tu Amo desee. Pasas a ser totalmente suya. De esta forma ya no tienes las libertades como sumisa, y es tu Amo el que decide si te las concede en determinado momento o no. Toda tu vida pasa a ser suya.

    También veo diferencias en el carácter que debe tener una sumisa y una esclava. Así, la sumisa la veo débil y dependiente del Amo. Y la esclava fuerte y con carácter.

    Otra sumisa puede que te diga todo lo contrario, pero ahí queda mi idea!

    Gracias por leer y comentar.

    ResponderEliminar
  3. Tienes mucha paciencia.Si le dijiste que parara sería por algo, y en vez de decirle se acabó crees que en realidad estás enfadada contigo misma....Hay que enganche tienes niña..

    ResponderEliminar